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HISTORIA
Gabriel
02/08/2020
Soy Bárbara, mi esposo Gerardo y cuando nuestro primer bebé tenía 1.6 nos enteramos que estábamos embarazados de Gabriel (nuestro segundo hijo). Todo el primer trimestre del embarazo fue excelente, con los síntomas propios de un embarazo completamente normal. En la semana 13 en nuestra cita con el genetista, el Dr. observó algunas anomalías y nos indicó hacer un examen de sangre, para lo que nuestra sorpresa salió con un 99% de probabilidad de presentar trisomía 13. Fue uno de los días más difíciles de nuestra vida, primero que nada por no saber a qué nos enfrentábamos.
Durante este año estuvimos en confinamiento por la pandemia COVID-19 por lo tanto estuvimos en familia la mayor parte del embarazo. Por todo este tema los laboratorios estuvieron cerrados, y tuvimos que hacer la amniocentesis hasta la semana 22, en donde ahora sí confirmamos al 100% la trisomía de nuestro bebé. Fue un proceso muy difícil pues no sabíamos que esperar ¿Si llegaríamos a conocer a nuestro bebé? ¿Si sí, cuánto tiempo se quedaría con nosotros? ¿Qué tipo de cuidados tendríamos en casa? ¿Cómo prepararnos para su llegada?
Durante el embarazo, y en la búsqueda de información y posibles respuestas, me puse en contacto con Amy, una mamá norteamericana que había vivido una situación parecida hacía 6 años con su hijo Simon. Ella fué un gran apoyo para mí, pues era la única persona que sabía lo que sentía, los miedos que tenía. Ella siempre estuvo ahí para mi, contestando preguntas y acompañándome en el camino. ¡Gracias Amy!
El 2 de Agosto del 2020 (el día que cumplia 36 semanas de embarazo) a las 5:00am empecé con contracciones muy fuertes, llegamos al hospital a las 6:30am.
Fué un trabajo de parto muy rápido, y nuestro Gabriel nació a las 9:00 am, pesando 2.140kg y midiendo 42 cm.
Como familia fuimos testigos de un milagro. Cuando nació Gabriel, su corazón no latía, tenía un ritmo cardíaco muy bajo, pero cuando nuestro pediatra lo colocó sobre mi pecho y lo pude cargar y hablarle y dar besos, su corazón comenzó a latir y empezó a llorar un poco después de 15 minutos. No había explicación para que esto pasara, pero subió hasta un ritmo cardíaco normal de un bebé sano (120 latidos por segundo). Después de esto abrió los ojos y compartimos miradas y muestras de amor. Gabriel estuvo con nosotros 3 horas y 17 minutos.
La corta vida de Gabriel fue un verdadero regalo y un milagro de Dios, y podría volver a pasar todo lo que pasamos por volver a vivir esas 3 maravillosas horas. Gabriel fue un bebé extraordinario en todos los sentidos. Aunque ahora nuestro Gabriel no está con nosotros, creemos que él fue un regalo hermoso que la vida nos dió para celebrar la vida, para valorar lo realmente importante, para acercarnos y unirnos como familia; Gabriel vino a transformarnos como personas. Gracias a Gabriel nace esta iniciativa, y con su apoyo desde el cielo, se que nos dará fuerza para que esta fundación crezca y su vida tenga siga teniendo trascendencia a través de nosotros. ¡Te amamos Gabriel!
